Tan salvaje como una fiera, como un tigre que acecha en el espacio esquivando planetas y que no se detendrá, tan temeroso como una criatura que se pierde en el bosque, creyendo haber estado antes en ese lugar.
Observando analizando y construyendo la mas grande razón del deseo de su existencia, habiendo este realizado todos sus deseos construidos procede a actuar en ese lugar ya antes conocido.
Pero en ocasiones le cuesta tanto asimilar que esta ahí encerrado. Porque cree no pertenecer a ese lugar, y las veces que ha podido librarse de su encierro, no ha logrado concretar ese lugar al que realmente pertenece y el temor es tal que busca la forma de regresar a su encierro nuevamente.
El miedo, corrompe los componentes de la estructura y los lleva a la búsqueda de su transformación, a la búsqueda de una alteración del todo perfecto e innegable.
El miedo individualiza y margina su existencia, le cuesta comprender que forma parte de esa divina perfección, o asimilarse como la tribu albergada por el jardín que le da vida.
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