jueves, 25 de marzo de 2010

el alfeñique no tiene pena.

Y que es del débil cuando el dolor no lo arrebata.
Adecuaciones funcionalistas que despliegan las sensaciones más abstractas, deseos que aburren, anhelos incapaces de racionalizar los comportamientos humanos.
Desesperación des temporalizada, perdida de la memoria, información congénita, evanescente autonomía.
Plasma segador, en un autómata crespa la luz del yo mecánico.
Conexión virtual intersubjetiva de gestos, de ideas, de individualidades, de antigüedades.
Terrible incapacidad de la funcionalidad, de la serenidad, del vacío.
Terrible complicidad, del orden, del placer y de la obsesión.

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